Algo que todo el mundo te dice cuando eres adolescente es que son los mejores años de tu vida. Que te enamorarás, irás a muchas fiestas y tendrás un montón de amigos que te adorarán por completo. ¿Pero qué pasa con los que nunca han experimentado el amor? ¿Qué pasa con los introvertidos que son demasiado tímidos para decir «¡Hola!» primero?

Vida familiar

La mayoría de los adolescentes de hoy en día no tienen una relación sana con sus padres y se esfuerzan por contener sus propias emociones porque no tienen a nadie con quien hablar. Al menos la mitad de nuestros padres se casaron porque tenían que hacerlo a cierta edad o porque les obligaron sus propios padres. Muy pocos se casaron porque estaban realmente enamorados.

Deberíamos sentirnos seguros y queridos en nuestras familias, no abandonados e incomprendidos. Deberíamos confiar en nuestros padres, no escondernos de ellos. Este es un problema en tiempo real que algunos padres ni siquiera tienen en cuenta. Su hijo podría sufrir ansiedad o incluso depresión y no sospecharían nada.

Como siempre, la comunicación es la clave. Lástima que no muchas familias lo hagan. Muchos padres prefieren esconder sus propios traumas e inseguridades bajo la alfombra y luego proyectarlos inconscientemente en sus hijos.

Elegir una carrera en la adolescencia

Muchos adolescentes se esfuerzan por elegir una carrera y perseguir sus sueños sin ninguna ayuda. Debido a la falta de apoyo de sus padres, algunos adolescentes renuncian a sus sueños y crecen siendo tan ignorantes como ellos. Por ello, todos los padres deberían dedicar tiempo a ayudar a sus hijos a tomar una decisión profesional. Cualquier consejo es siempre bienvenido. Todo adolescente quiere la ayuda de su familia y no de extraños (terapeutas, consejeros, etc.).

Salud mental

La depresión, la ansiedad, la ansiedad social y los pensamientos suicidas son problemas graves y no deberían ser temas tabú. Ningún adolescente debería considerarlos normales. Eso debería ser una preocupación mayor para un padre que una nota mediocre.

Una enfermedad mental es peor que una condición física. Prácticamente se puede vencer cualquier enfermedad teniendo una mentalidad fuerte y una mentalidad positiva. Se necesita más tiempo para vencer una enfermedad mental que una conversación en la familia.