Es importante que trates tu oficina en casa como un espacio de trabajo exclusivo: no llegues a casa y te pongas a teclear en el sofá. Las medidas adecuadas pueden proteger tu bienestar físico y mental, y el de cualquier otra persona que pueda estar confinada en casa contigo.
Si tienes que comprar cosas con tu propio dinero, guarda los recibos: es posible que puedas reclamar el dinero a través de tu empresa y/o como una deducción de impuestos.
La pandemia de COVID-19 ha cerrado las oficinas en todo el país, lo que significa que la mayoría de las personas empleadas en trabajos no esenciales están trabajando desde casa. Pero no basta con dejarse caer en el sofá y empezar a trabajar en la lista de tareas pendientes.
Un espacio de trabajo dedicado puede ayudarte a ponerte en situación de trabajar, manteniéndote concentrado, productivo y en un estado de ánimo positivo. También ayuda a evitar problemas físicos como el dolor de cuello, hombros y espalda. Aunque lleva tiempo, el esfuerzo merece la pena.
Es importante crear un espacio dedicado al trabajo en tu casa
Desde hace algún tiempo se han puesto en marcha diversas medidas de bloqueo y distanciamiento social, por lo que es posible que ya tengas un espacio de trabajo preparado. Si ese es el caso, utilice esta guía para revisar su oficina en casa. Si es nueva, es el momento de empezar desde cero.
Tu empresa debería proporcionarte el equipo necesario para realizar tu trabajo. Si no es así, las compras o alquileres esenciales de bajo coste pueden estar cubiertos por reembolsos o desgravaciones fiscales. Si necesitas comprar algo, habla con tu jefe y guarda los recibos, pero no tientes la suerte. Es poco probable que tu empleador te reembolse un nuevo Tesla alegando que es «una compra esencial COVID-19».
Para empezar: elige tu lugar
Un dormitorio no es lo ideal. Es un lugar de descanso y si lo conviertes en una oficina, tu cerebro puede asociarlo con el trabajo, lo que podría afectar a tus patrones de sueño. Si necesitas utilizar tu dormitorio, evita tirarte en la cama durante las horas de trabajo.
Las personas que viven en casas pequeñas/compartidas deberían dedicar una parte de la casa al trabajo, como una oficina abierta, en una zona con poco tráfico de personas. No dejes que los niños, la familia o los compañeros de casa se apoderen de ella. Es un espacio de trabajo durante las horas de oficina asignadas y tiene que seguir siéndolo.
Equipa el espacio
Por último, trabaja en un entorno bien iluminado para reducir la fatiga visual. Intenta encontrar un lugar con poco resplandor en la pantalla, alejado de las grandes ventanas que reciben mucha luz solar directa.
Coloca tu equipo sobre una superficie sólida con espacio suficiente, a una altura que te permita tener las muñecas planas y los codos apoyados en el cuerpo. La silla debe proporcionar un amplio apoyo para la espalda y fomentar una buena postura.
Siéntate erguido y mantén los pies apoyados en el suelo o en un reposapiés. No utilices una silla que te obligue a encorvarte sobre el teclado, como un taburete, y no trabajes en la cama, en el sofá o en el suelo. Te arriesgas a dañar el cuello, la espalda, los hombros, etc.
Los escritorios y las sillas apropiadas pueden ser difíciles de conseguir, ya que muchos comercios pueden estar agotados con tanta gente trabajando desde casa. En este caso, podrías